Esta calle, fue en sus orígenes (S.XIII), un mero callejón, que daba acceso al huerto del Convento de San Pablo; de ahí su nombre.
A finales de la centuria pasada se procede a la restauración de dicho convento, y a la puesta en valor público de dicho huerto, convirtiéndolo en jardín, denominándose Jardín de Orive. Se abre una puerta por dicho callejón, comunicando de este modo esta calle con la Plaza de Orive a través del jardín.
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