Calleja sin salida, prolongación de la calle Pedro Jiménez. Su denominación se atribuye al ancho de la calle, de tan corta medida en algún punto como la del pañuelo de un hombre (50 cm). En una de sus esquinas tiene un capitel toscano. Al final la calleja se ensancha formando la plaza más pequeña del mundo conocida como los rincones del oro, en ella hay una fuente que podría ser de época árabe.
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